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  Actualización 04-11-2010
Preparación para la cría
CONCEPTOS BASICOS EN LA PREPARACIÓN DELA CRÍA
 
 
Lo primero a tener en consideración es crear un “círculo de protección” en nuestro aviario que sea inalterable y tener claro que no debemos actuar de forma contraria a como se manifiesta a continuación, ya que de no hacerlo así deberemos asumir cada una de las consecuencias de nuestro actos, que no en pocas ocasiones no nos conducen al mejor final, de forma que es de vital importancia realizar un periodo de cuarentena eficaz a todos los individuos que vayamos a adquirir por buenos que sean, para evitar el contagio de patógenos de otros sitios a nuestro aviario.
 
Es necesario saber cuantos ejemplares van a ser los destinados a reproducción y cuantos los destinados para reserva por si algunas parejas fallan. Es también imprescindible saber que nuevos ejemplares vamos a adquirir y cuando van a estar en nuestro aviario. Todo esto es absolutamente necesario, ya que antes de tomar una medida del tipo que fuere en nuestro aviario, el número de individuos debe ser invariable para que todos al unísono lleven las medidas y tratamientos oportunamente. Romperemos el círculo de protección cada vez que introduzcamos individuos sin cuarentena ni tratamientos sincronizados con el resto.
 
Lo primero para elegir los reproductores, teniendo muy claro ya que no va a entrar ni un solo ejemplar nuevo, es hacer un examen visual de los mismos, donde vamos a observar la vitalidad y estado de pluma detenidamente de cada individuo; descartaremos los ejemplares con síntomas de abatimiento y también los que tengan plumas alteradas o manchadas de heces; elegiremos aves con vitalidad y con buen estado de salud de la pluma. Es un grave error destinar a la cría ejemplares de gran valor genético, pero con posibles patologías que muchas veces dan ese aspecto mate o sucio del plumaje del ejemplar.
 
Lo segundo es hacer un examen táctil de cada espécimen; con las yemas del índice y pulgar de nuestra mano y con mucha suavidad para no producir ningún daño, así valoraremos la masa muscular pectoral que en un ave sana no debe dejar que la quilla o esternón haga relieve. En caso de hacer prominencia este esternón o quilla se tratará de un ejemplar con problemas de salud y no apto para la cría.
 
De forma ahora visual, observaremos con detenimiento la zona del abdomen (aunque en aves, al carecer de diafragma que es lo que separa en mamíferos la cavidad torácica de la abdominal, tienen una cavidad común denominada cavidad celómica), para ver si es lisa y de un color amarillento o blanquecino por los depósitos grasos que dan ese aspecto saludable a esa zona; si hay un color rojizo, prominencias o se ve una lengüeta del hígado o un asa intestinal negra que cruza la zona abdominal; desecharemos también esos individuos como reproductores pues seguro algún problema albergan en su sistema digestivo, al mismo tiempo, deberemos tener en cuenta, que las parejas de reserva se elegirán bajo las mismas premisas.
 
Estas aves pueden ser reelegidas si bajo prescripción veterinaria, solventan sus
patologías y quedan sin secuelas y completamente sanas. Una vez descartados las aves no aptas, y en los tiempos que corren (ya que las aves cuando concursan se pasean por media España y parte del extranjero) resulta casi fundamental y muy recomendable, pese a lo que muchos piensen, vacunar a todo el colectivo contra poxvirus (viruela aviar), para evitar males mayores y que solo nos llevaran a unos resultados nefastos en la reproducción, si no incluso acabar con  gran cantidad de reproductores, arruinándonos el periodo reproductivo y las ganas. De hacer esta vacunación es suficiente un mes antes de la cría, pero se recomienda la vacunación dos veces al año comenzando después de finalizar por completo el periodo de muda.
 
También recomendamos NO  hacer tratamientos sistemáticos e indiscriminados contra agentes patógenos por si los tuvieren; aconsejamos  hacer una analítica de heces o una necropsia para ver lo que acontece realmente y tratar concretamente esos patógenos.
 
Para que les de tiempo a recuperarse procuraremos hacer estos tratamientos con anterioridad al periodo reproductivo. Ninguno de nosotros tomamos antibióticos contra la gripe por si acaso; eso sí, cuando esta acampa en nuestro organismo para poder combatir sus síntomas y la infección bacteriana secundaria.
 
Con determinados productos podemos producir daños orgánicos y bajadas de celo en nuestra colección de aves mermando total o parcialmente su actividad reproductiva.
 
Algo primordial es que las aves hayan tenido un buen periodo de muda, de no ser así será una acumulación de problemas que nos repercutirán en la cría. No es la primera vez que uno se acuerda de que llueve cuando se moja.
El resultado de un buen periodo de cría es la consecuencia de haber tenido cubiertas todas las deficiencias nutritivas, fisiológicas y sanitarias hasta este momento.
 
 No debemos acordarnos a fondo de nuestro aviario sólo cuando llega el periodo reproductivo, sería un gravísimo error. También es de relevante importancia hacer un cambio progresivo de alimentación sobre nuestras parejas reproductoras para adaptarlas a la nueva condición fisiológica que está por acontecer, ya que en la cría se necesita un mayor aporte proteico, vitamínico y aminoacídico y se debe instaurar poco a poco hasta alcanzar el equilibrio. Además incorporaremos poco a poco las pastas, germinados, etc.…, para las cebas de los futuros pichones. Observaremos de vez en cuando el reservorio graso sobre todo de los machos para que no sea tan grande que entorpezca el acto de la cópula.
 
Debemos prestar especial atención, a las condiciones climatológicas de nuestro aviario, sobre todo si está al exterior donde la humedad y la temperatura pueden hacer daño, no tan claramente en los individuos adultos que aguantan mayor concentración de patógenos en sus organismos que en los individuos recién eclosionados o peor aún en ejemplares por eclosionar; y debemos tener en cuenta que estas son variables, no sólo cambian a lo largo de los meses, sino a lo largo del día ya que resulta evidente pensar que la temperatura y humedad de un aviario no son las mismas hoy a las dos del medio día que a las dos de la madrugada. Con esto queremos transmitir que muchos aviarios simplemente por ubicación no serán los más apropiados para la cría.
 
Además, y muy importante,  debemos hacer un especial hincapié en la densidad de aves por aviario, es lógico pensar que si en un aviario caben veinte parejas si ponemos a criar treinta aumentamos exponencialmente la probabilidad de aparezca algún proceso patológico del tipo que sea.
También que hay que dedicarles un tiempo diario para satisfacer sus necesidades y en base a ese tiempo adecuaremos el número de ejemplares a nuestro aviario.
 
Como siempre no descubrimos nada nuevo, sólo les recordamos lo que ya saben y que algunas veces no cumplen y en esa compostura sus ilusiones se vienen abajo como un castillo de naipes por un golpe de viento, además deben también recordar que son aves y no animales de laboratorio y tienen derecho a beber agua limpia, pura y sola aunque sea de vez en cuando.
 
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